Carrie Hamilton reivindica un feminismo que deje de centrarse en la violencia contra las mujeres y el sexo y luche por una igualdad global que se fije en cómo el consumismo y el capitalismo apuntalan muchas formas de violencia machista: Ya basta de feminismo de clase media.
«Centrar la atención en la violencia machista ejercida sobre las mujeres es malo para el feminismo porque coloca a las mujeres ante todo en posición de víctimas, mientras otorga poder a la policía masculina y a los políticos para que nos “protejan” de los “hombres malos”. Nos retrotrae al modelo agotado de dos géneros opuestos: hombre-masculino-agresivo contra mujer-femenino-pasivo. Esto no estorba al análisis –-y por eso mismo, impide una oposición política efectiva— de la manera en que la violencia contra de las mujeres se relaciona con otras formas de violencia que sufren mujeres (y hombres). Pero, ante todo, es malo para el feminismo porque define las experiencias femeninas de sexo y sexualidad exclusivamente en términos de temor y peligro, reservando a los hombres el terreno privilegiado del deseo y el placer.»