Afirma que en su casa el único libro que tiene es un diccionario, o que sus libros están llenos de repeticiones y contradicciones porque no corrige ni una coma. De tan nihilista se convierte en una parodia de sí mismo, pero es indudablemente divertida cualquier entrevista que le hagan: La muerte es como un alivio, entrevista al escritor colombiano Fernando Vallejo.
«-Lo que se extraña en este libro son las historias con sus abuelos, sus palabras de amor por ellos. Aquí incluso se queja de su abuela por haber dado a luz…
-Traer hijos a este mundo es el crimen máximo. Con todo lo que quise a mi abuela, cada día que pasa se lo perdono menos. ¡Qué tenía que meterse esa santa mujer en semejantes porquerías!
-Y por ahí aparece también que lleva años acostándose con Colombia… ¿Se trata acaso de una reconciliación o, por lo menos, de un deseo de reconciliarse?
-Nada de eso. Puro sexo. A mi peor enemigo le perdono lo que sea si está bueno y se acuesta conmigo.
Colombia, claro, tampoco sale bien librada en este libro. De ahí que aparezcan frases como éstas: “¡Y cuál patria, a ver, de cuál hablamos! ¿De Colombia? Colombia es un matadero, el campo mejor minado para la Muerte”.
-Al terminar la novela uno puede pensar que el don de la vida para Vallejo es poder morirse. ¿El título del libro es una ironía?
-Sí, es un título irónico. La vida es una desgracia. Entiendo la muerte como un alivio.
-“La lengua española se putió”, escribe. ¿Tan malo ve el estado actual de nuestro idioma?
-La lengua española perdió toda su expresividad y su gracia, y hoy no es más que un pobre adefesio anglizado. Ojalá que se acabe también. Total, ya ha durado mil años. ¿Qué más quieren?»