Aitor Zabalgogeazkoa, director general de Médicos sin Fronteras, deja claro en Las ONG no somos un instrumento bélico que las ONG son independientes de cualquier fuerza ocupante o militar, y que su labor pretende exclusivamente ayudar a los más necesitados según sus criterios y no el del beneficio de terceros.
«Afganistán es el ejemplo más reciente de que la ayuda prestada por ejércitos no sólo no es humanitaria sino que la perjudica, en primer lugar porque la asistencia prestada con el objetivo de respaldar estrategias de contrainsurgencia no puede ser imparcial ya que no parte de las necesidades de la población sino de las necesidades de las fuerzas militares para asentarse sobre el terreno. Y esta ayuda, al estar guiada por otra agenda, no llega a los más necesitados: de hecho ni siquiera llega a las estructuras sanitarias de la propia capital, Kabul, donde se apelotonan la inmensa mayoría de los desplazados internos, porque la población de la capital no es estratégica en la lucha contrainsurgente, o al menos no lo ha sido hasta ahora. Más aún, la militarización de convoyes de ayuda o de hospitales los convierte en posible objetivo militar, y lo que pretendía asegurar la atención a las víctimas en realidad las aleja de ellas.»