Una puesta al día de la situación de Ruanda, con importantes mejoras desde el genocidio de 1994, pero todavía convulsa y con enfrentamientos entre etnias: Hutus y tutsis siguen enfrentados en Ruanda, un artículo de Erin Conway-Smith.
«Algunos observadores, no obstante, sospechan que los servicios de inteligencia de Ruanda pueden estar detrás de esos ataques con granadas, en un intento de crear un clima de terror en el país y justificar así la adopción de medidas enérgicas antes de las elecciones presidenciales.
“La situación se está poniendo cada vez más tensa a medida que se acercan las elecciones”, afirma Didas Gasana, editor del periódico semanal Umuseso, uno de los pocos independientes que se publican. Gasana ha sido condenado a una pena de cárcel por “difamación criminal” al publicar informaciones sobre la relación extraconyugal entre un ministro y la alcaldesa de Kigali. La sentencia está actualmente pendiente de apelación. Gasana ya ha pasado un año en el exilio por amenazas de las autoridades.
Las elecciones de 2003 fueron puestas en duda por denuncias de compra de votos e intimidación. Enfrentado a una oposición débil, el partido de Kagame logró el 95 por ciento de los votos. Gasana se teme que los comicios de agosto sean aún menos justos, porque los partidos de la oposición aún no se han podido registrar.
El FPR está en el poder desde que terminó el genocidio de Ruanda en 1994, en el que murieron unas 800.000 personas. Kagame lideró al Ejército que entró en la capital del país y expulsó al Gobierno liderado por hutus.
En los últimos meses Kagame ha atacado públicamente a Victoire Ingabire, una política controvertida de la oposición que acaba de regresar a Ruanda. Desde su retorno en enero, Ingabire, que es hutu, ha sido acosado por los medios de comunicación controlados por el Gobierno, que la han acusado de “negadora del genocidio”, algo que ella ha desmentido reiteradamente.
Ingabire y su ayudante fueron atacados recientemente por un grupo de jóvenes a la salida de la oficina gubernamental a donde habían ido a recoger los papeles para registrar su partido político. “Sabían que yo iba a ir”, asegura.
Los hombres les tiraron piedras, hiriendo gravemente a su ayudante, Joseph Ntawangundi, que está en la cárcel desde entonces por “genocidio”.»