El escritor Jorge Semprún se ha despedido de la vida por escrito en Le Monde, y Gregorio Morán intenta esbozar un recorrido por la trayectoria de uno de los más importantes intelectuales españoles del siglo XX. Jorge Semprún se despide.
«Al nombrar Felipe González a Semprún como su ministro de Cultura tocaba muchos palos al mismo tiempo, tantos que aún a más de uno le queda el resquemor de los efectos. Un ministro de Cultura que no había sido nunca, ni lo sería, militante del PSOE, y con un pasado incuestionable de luchador contra la dictadura. Aún recuerdo aquellos babosos de la Academia Jaime Capmany, el padrino de la columna salomónica, recordándole “al ministro francés” los poemas a Stalin, a Dolores,… que avergonzaban más por malos que por fervientes. Ahí apareció un rasgo destacable de la personalidad de Jorge. Su desprecio absoluto hacia la mediocridad retórica, ya fuera del enemigo franquista ¡qué cosas escribieron de él los plumillas de entonces! o de sus compañeros de gabinete; sus sarcasmos sobre el musicólogo en agraz y poeta secreto, Alfonso Guerra, merecen, vistos en perspectiva, un reconocimiento al valor y a la perspicacia.»
2010-04-11 19:05
Debe ser difícil sobrevivir al recuerdo de la ignominia que les tocó vivir. Si de momento se consigue, puede uno probar más tarde a echar litros de cemento encima e ignorar el recuerdo, o escribir para quitárselo de encima. También comprendo el suicidio como salida.
El relato que más impresión me ha hecho es Adieu, vive clarté, como autobiografía parcial. He aguardado las últimas Ferias del Libro con la esperanza de que viniera a Madrid y tenerlo finalmente firmado por él.