Bueno, pues a falta de segunda parte, que prometo referenciarles aquí, les dejo esta Amada imaginación en la que Joselu cuenta de manera trepidante el happening surrealista que llevó a cabo con 30 alumnos de bachillerato en el instituto, en 1989.
«quellos muchachos llenos de entusiasmo trabajaron duro. Leyeron manifiestos vanguardistas en especial dadaístas y surrealistas, se impregnaron de la teoría del inconsciente (Freud), trajeron cuadros (no había internet, recordadlo), estudiaron la obra de distintos autores, se empaparon del movimiento en sus bases teóricas, leyeron y crearon poemas basados en la escritura automática y el collage, experimentaron el azar de los encuentros imprevistos, reseñaron sus sueños anotándolos cuidadosamente, descubrieron el movimiento OULIPO y vieron conmigo, comentándola y diseccionándola, cuatro veces la película fundadora del surrealismo cinematográfico El perro Andaluz de Luis Buñuel y Salvador Dalí, además de La edad de oro.
El resultado de un happening surrealista (íbamos a mezclar estos dos conceptos) es imprevisible. No puede estar demasiado elaborado. Teníamos un espíritu, una idea global de lo que representaba el surrealismo, podíamos trazar un pequeño guión, pero era fundamental nuestra propia improvisación del momento. Era necesario, imprescindible, la inspiración, dictada por nuestro inconsciente y el azar.
Día D. Lo fijamos. Sería un 23 de febrero, jueves. La noche anterior deberían llevar a las puertas del instituto todos los objetos raros que les dictara su imaginación, los que tuvieran en casa, en los talleres, en los desvanes, los que encontraran por la calle… El conserje, que debía abrir las puertas, estaría en el ajo y a las siete y media de la mañana les dejaría entrar. No deberían temer las consecuencias ante el director, pues yo las asumía completamente.»