¿La mayor oferta musical nos hace más selectivos? ¿O es la facilidad para localizar o saltarse canciones? Pseudópodo reflexiona sobre estas cuestiones en De un walkman a otro.
«Desde todos los puntos de vista el walkman nuevo es incomparablemente mejor que el viejo (¡hasta suena mejor!). Y sin embargo, ahora escucho peor la música. Antes la escuchaba atento, de principio a fin. En parte porque las cintas no solían ser mías: me las había dejado algún amigo y tenía que devolvérselas. Pero sobre todo porque era muy incómodo cambiar de canción: había un botón de fast forward, claro, pero nunca sabías donde te iba a dejar y además ¡gastaba muchas pilas!»