Raúl Minchinela nos plantea un interesante y ligeramente perverso juego consistente en imaginar qué tipo de anciano será el que actualmente es un joven consumidor de tecnología e internet. Mi gerontoeist.
«Cuando proyectas nuestra generación hacia el futuro, incluyes el ordenador porque es parte constante de la vida actual. Las conversaciones de bar se tornan en intercambios de twitter, las preguntas por amigos de segundo contacto se solventan a golpe de facebook. Ahora vivimos una barrera de edad en la que la juventud abunda en la red como en tiempos abundaba en la calle, pero ese límite se trasladará y necesitaremos por narices una gerontorred, un lugar de ancianos, donde conservaremos el dospuntosparéntesis para sonreir mientras los chavales lo marcarán con algo que no esté anticuado.»