R. B. Steiner utiliza la anécdota de un miope director de museo para reflexionar sobre qué es lo que hace que un artista destaque o no sobre los demás: Vilhem
«O sea, que existe un primer filtro basado en la promoción, al que hay que acceder primero para conquistar la gloria. Es un filtro que pocos autores se han conseguido saltar. Sí, está bien, los cuadros de Van Gogh acabaron forrando la pared de un gallinero, pero son casos excepcionales y suelen ser fluctuaciones entre el momento de promoción y la vida del autor.
Es la genialidad, la verdadera maestría quien establece el último filtro. Eso y el tiempo, claro. Van juntitos de la mano.»