Desde el terremoto [PDF], una magnífica crónica-reportaje de Juan Pablo Meneses del seísmo chileno. [Ref.: @jlori ]
«Cuando comenzó el 27 de febrero estaba en mi propio quinto piso, la habitación 514 del hotel Eurotel de Providencia. Apagué el televisor antes de que terminara
el festival y me fui durmiendo de a poco. —¡Está temblando! La 514 comenzó a sacudirse lentamente. Cuando tu cama
se mueve en mitad de la noche, te despiertas sobresaltado. Te asustas, mientras la intensidad del temblor aumenta cada vez. Miras cómo se mueve el farol de la calle y bailan los cables.
—¡Mierda, qué fuerte!
Primero se caen las lámparas de la mesa de luz, luego los vasos con jugo de naranja, y en seguida comienzan a sonar las alarmas de los autos estacionados en la calle. Ahora, cada vez que escucho una alarma de auto, pienso en terremoto.
Pasan los segundos y el movimiento no cesa, crece. Crece, y con ello la sonajera vidrios y derrumbes y los pri- meros gritos.
—¿Por qué no para?
Y no sólo no para, sigue creciendo. Crece, y la estructura del edifico cruje como una escalera de madera. Crece, y te sientas a los pies de la cama sin saber si arrancar por la salida de emergencia o esperar que todo pase. Crece, y ahora se corta la luz y esto es grave.
—Que esto pare, por favor. —Ya va a parar. Pero sigue sin parar. Todo se mueve de un lado a otro. El ruido de latas se hace agudo. La pan- talla de plasma parece borracha. Algo cae en el pasillo. Algo cae en el baño. Piensas que en cualquier momento se desploma el techo, piensas que si esto se derrumba costará que te encuentren. Piensas en tantas imágenes de Haití, el último gran terremoto, y esos perros buscando cuerpos en edificios derribados. Y no para. No ha pasado ni la mitad de la canción Quinto piso pero ya te parece que escuchas toda la discografía de Arjona.
No puedes escapar porque estás sin ropa. No puedes vestirte, porque no hay nada de luz. No puedes prender el encendedor, por- que puede haber un escape de gas. Te quedas quieto, viviendo tu terremoto privado.»
2010-03-11 18:06
Le reclame al mar y a la tierra por lo sucedido en nuestro querido chile, y el mar y la tierra me contestaron, “LO SIENTO PERO DESPUÉS DE TANTO DAÑO PRODUCIDO EN NUESTRA CONTRA NECESITABAN UN ESCARMIENTO”