Carmen Castro lo dice con mucha claridad: el márketing progresista y de la bonomía sólo acaba generando desconfianza; se refiere a esa iniciativa que pretende que todo esto lo arreglemos entre todos. Y una mierda. El buenrollismo como desmovilizador.
«Lo digo alto y claro, no me gusta la nueva iniciativa de marketing millonario y buenrollista que han lanzado las que se dicen ‘las principales empresas de España’ con un coste de 4 millones de euros y la intención de arreglar la situación que vivimos ahora, “una de las mayores crisis de nuestra historia reciente”. Aunque no aclaran quécomoyentrequiénes , sin embargo, lo que sí se percibe es un intento descarado de derivar la responsabilidad hacia la gente como tú o como yo. La moraleja resulta aplastante: si seguimos en esta situación es porque tú, tú y también tú desconfiais del mercado y contribuis a retraer las posibilidades de recuperación, al no consumir más y al no impulsar iniciativas ‘emprendedoras’ que os aporten vuestro propio trabajo.»