Entrevista a Ian Mcewan, el novelista inglés que acaba de hacer un viaje siguiendo los pasos de Darwin, un enamorado de la ciencia que habla aquí de su obra y sus pasiones.
«-No obstante su ateísmo, parecen interesarle las creencias y la fe.
-Ciertamente, soy ateo, pero al mismo tiempo, tengo que aceptar que la inclinación religiosa es una parte profunda de la naturaleza humana y que las instituciones religiosas han logrado grandes cosas. He sido invitado por la Universidad Católica de Chile como ateo, lo que me parece muy abierto de su parte y no pude distinguir, de la gente con la cual conversé, quién era creyente y quién no. Hay una cortesía en la religión que respeto. Lo que no me gusta en la religión es cuando se vuelve violenta o cuando desea imponer sus puntos de vista. Soy ateo y muchos de los intelectuales a los que admiro y frecuento comparten mis ideas, pero no está dentro de mis proyecciones, y creo que en las de nadie, pensar que la religión va a desaparecer, que todo el mundo va a volverse un ateo convencido. Está muy arraigado en el ser humano encontrar explicaciones sobrenaturales. Yo prefiero las respuestas científicas.
-La frialdad en un escritor, ¿es un defecto o una virtud?
-Es un defecto, pero no creo que racionalidad sea lo mismo que frialdad. A medida que voy envejeciendo, creo que una de las más grandes virtudes humanas es la bondad, la calidez. Pero objetividad no es frialdad. La frialdad se relaciona con hostilidad y distanciamiento.»