No soy fan de
Serrat, su voz me cansa. Sin embargo reconozco su valor; es un valor antiguo, de poeta que canta, de cuando los poetas escribían más para que sus versos se escucharan que para que se leyeran. También, la relación de Serrat con Sudamérica me importa muchísimo. Dice que tenemos más en común con América que con Europa, algo que España viene negando desde mediados de los ochenta. Esa negación ha de tener mucho que ver con toda la pasta que nos han dado los europeos desde entonces, ¿no? Una negación comprada.
Eusebi Lahoz Rozas escribe con cariño acerca de esa relación de Serrat con América en
El sudaca catalán.