Juan Francisco Ferré repasa algunos de los distintos modos de tratar las Batallas de amor a lo largo de la historia de la literatura haciendo gala de sus conocimientos enciclopédicos.
«s en la novela francesa, sin embargo, donde se muestra con mayor lucidez el conflicto entre el amor y el libertinaje, tanto en Sade, paroxismo cáustico del segundo, como en Las relaciones peligrosas de Laclos. En la endemoniada trama epistolar de ésta, el triunfo del amor pasional sobre su antagonista aristocrático prefigura también el éxito histórico de una clase burguesa emergente sobre otra decadente, con lo que el amor se convierte en un ideario sentimental monógamo ligado también a una nueva forma de organización social surgida después de todas las revoluciones, incluida la industrial. Sin olvidar las estrategias del amor como medio de prosperar en sociedad, como en El rojo y el negro de Stendhal, o los amoríos como evasión de un orden social asfixiante, como en Madame Bovary, lectora vocacional y adúltera trágica como Francesca. Es en Proust y en su búsqueda del “tiempo perdido” en los salones y los dormitorios donde se consuma, entre otras cosas más procaces, esta conjunción del deseo subjetivo y la barrera social a través de la paranoia de los celos, la degradación pasional y la posesión obsesiva del objeto amado, ya sea la indigna Odette o la fugitiva Albertine.»