Delia Rodríguez nos habla del fenómeno de las webs de descargas de revistas y diarios, o de su lectura online, que han empezado a ser perseguidas por los abogados de los medios escritos para intentar pararlas antes de que sean demasiado populares. Acabar con la descarga de diarios antes de que comience
«Mientras algunos medios como Público ponen a libre disposición de sus lectores el pdf de su diario cada noche después del cierre de la edición, casi todos los demás guardan estos ficheros como oro en paño más allá de su portada. El día de la última gran última nevada española, hace poco más de un mes, El País anunciaba a bombo y platillo que “regalaba” a sus lectores su edición del día, porque muchos no podrían acercarse a los kioscos. Aunque leer cada día en pdf en el ordenador el periódico no tiene sentido (ya puestos, mejor entrar en la edición on line, ¿no?), sí lo cobra cuando se piensa en las revistas. O esde el momento en el que se reabre el debate sobre el pago de contenidos. O en el instante en que se populariza un soporte mágico que permite leer el periódico del día en cualquier parte y lejos del ordenador. El nombre de este fascinante soporte no es ‘periódico de papel’, sino ‘libro digital’. De hecho, la primera vez que muchos vimos con asombro cómo se compartían enlaces a periódicos y revistas fue en los foros de Vagos.es, en el hilo de al lado de los libros digitales para ebook.»