Sonar suena a un ataque de la derecha más rancia a aquel que remueve sus sucios pasados. Y Jesús Gómez Gutiérrez piensa exactamente eso de la acusación a Garzón, y arremete contra el juez que la cursa, Luciano Varela: Submarinos.
«Según Varela, aplicar las leyes internacionales en materia de crímenes de lesa humanidad es prevaricar; con un argumento de tal calado, resulta lógico que hasta los medios de comunicación admisibles, los que no se apoyan en la ultraderecha ni militan estrictamente en la venganza o en la razón de Estado, subestimaran las reflexiones filosóficas del auto. Como se deduce de algunas de sus afirmaciones, especialmente de las contenidas bajo el subtítulo evocador de Juicio de probabilidad sobre el elemento subjetivo de la prevaricación, el juez del Tribunal Supremo no estaba tan preocupado por las interpretaciones de la ley como por la vieja cuestión del individuo y la masa.
Varela es explícito al respecto. En primer lugar, deja caer que el orden previo es un fin y que el simple hecho de que nadie, antes que Garzón, hubiera investigado los crímenes del franquismo «debería sugerirle que esa extensa inhibición (..) estaba jurídicamente más justificada que su singular iniciativa»; o en otras palabras, no hay más verdad que el status quo.»