Brian Dillon hace un repaso por el origen de la hipocondría como enfermedad en sí misma, resumen que ilustra con algunos ejemplos de célebres hipocondriacos. El enfermo imaginario: historia de la hipocondría
«Charlotte Brontë, por ejemplo, decía que había padecido su primer ataque hipocondríaco cuando enseñaba en Roe Head a los diecinueve años de edad. La enfermedad, escribió, “hizo de la vida una constante pesadilla diurna”. Brontë atribuyó la crisis a la penosa tarea de enseñar, que le dejaba poco tiempo para escribir. Sentía, dijo, “el pesado desaliento de tantas horas”. Los lectores de Jane Eyre pueden recordar que la noche anterior al día de la boda, Rochester minimiza el temor de Jane, que califica de “hipocondría” producto de la emoción y el cansancio. Pero la máxima expresión de la enfermedad de Brontë tiene lugar en Villette, cuando la narradora de la novela, Lucy Snowe, que vio invadida su privacidad y cuyos deseos ocultos quedaron al descubierto, sucumbe al “más extraño de los espectros la Hipocondría”.»