John Tones se está especializando en hacer crítica de un cierto tipo de videojuego —generalmente freeware— que explora una vertiente más creativa, reflexiva y casi filosófica de todo un modo de expresión que aún tiene mucho que aportar dentro del mundo del arte. Por ejemplo, nos habla de este Everyday the Same Dream.
«La estructura de Everyday the Same Dream se repite inmisericorde una y otra vez, y subraya su sencillo resorte narrativo. Hay que conducir con la única ayuda de las teclas de cursor y la barra espaciadora a un mediocre oficinista sin rostro hasta su lugar de trabajo. Con una ambientación onírica (a pesar de la elegancia de su estética con tiralíneas, que a veces parece salida de unos créditos de Saul Bass, y la muy cool banda sonora, que también aporta lo suyo a esa cuestión) que nos acostumbra rápidamente a que cualquier callejón sin salida devuelva a nuestro antihéroe junto a su cama y recién levantado, Everyday the Same Dream es algo más que un gag que se repite para transmitir una visión desolada de la rutina diaria. Que también, pero es solo la primera capa.»