Siempre es interesante escuchar a Agustín García Calvo, y en esta entrevista habla de la realidad, el lenguaje, sus libros, la política o la filología [amistoso tirón de orejas a los compañeros de Rebelión por la farragosa edición del texto]. La Realidad es contra lo bueno, es algo que conviene no olvidar-.
«Sí, llevamos ya va para doce años de tertulia en el Ateneo. Bueno, lo más gracioso que tiene es eso de que es un hecho singular, no creo que haya sucedido nunca, por lo menos que yo sepa, es decir miércoles tras miércoles, vacaciones ninguna de verano ni de nada, con una asistencia de ochenta o cerca de cien cada día, y que sigue así al cabo de cerca de doce años. Es una de las cosas que le consuelan a uno un poco, la singularidad del fenómeno, valga para lo que valga. Y efectivamente, ahí se trata de ejercitarse en esta arte del dejarse hablar: inevitablemente tienen que seguir saliendo opiniones, ideas, mías o de cualquiera de los que asisten, pero bueno, ya se sabe que eso es lo que se trata de anular y de corregir con esa arte de hablar, y de vez en cuando sale. Y tiene la virtud, esta tarde vamos a insistir en ello, de que nadie se aburre nunca en esa tertulia, lo cual es también muy singular porque lo que está mandado en cualquier asamblea política, económica, en cualquier centro de educación, en cualquier espectáculo de los que se ofrecen, pues es el aburrimiento. El aburrimiento, que es un caso muy importante de eso de la costitución de la Realidad, la ley del aburrimiento general como destrozo de las posibilidades de vida.»