Trabajando hace tiempo en una biblioteca universitaria, nada me hacía sentir más viejo que hacerle la ficha a un estudiante que al darme sus datos decía: “Año de nacimiento: 1990”. Por eso me ha hecho tanta gracia este breve texto de Luis Pousa, Las edades del hombre.
«No sé quién dijo que la prueba irrefutable de que te has hecho mayor llega ese día en que compruebas, estupefacto, que ya eres más viejo que los jugadores de fútbol, esos mismos tipos a los que en la infancia contemplabas a una distancia cronológica casi infinita. Esta teoría, absolutamente inamovible, la vamos trampeando durante un tiempo, echando mano de las fichas de algún que otro portero o central talludito que, a base de gimnasio, prolonga su carrera hasta el filo de los 40 tacos. Pero, según avanza esta movida de los quinquenios y sus incertidumbres, van escaseando los peloteros que pasan de las 35 castañas.»
2010-01-22 10:54
Gracias por el enlace, Alberto. Eso que comentas de la ficha me pasa a mí cada verano cuando llegan al periódico los chavales de la Universidad a hacer prácticas… Efectivamente, ahora ya llegan los nacidos en 1990. Cielos. Es peor que lo de los futbolistas, jajaja.
Un abrazo
Luís