Como horizonte, la autonomía de los centros educativos (para poder, por ejemplo, elaborar sus plantillas, su línea docente, etc) es perfecto, pero creo que la práctica impedirá que se pueda llevar a cabo. Jorge Calero plantea la idea y algunos de sus problemas en ¿Autonomía de las escuelas?.
«La autonomía de las escuelas ha despertado, tradicionalmente, recelos y objeciones importantes en amplias zonas de la comunidad educativa. Se sostiene, desde estas posiciones de objeción, que una mayor autonomía conduce también a mayores desigualdades; un sistema educativo centralizado y lo más homogéneo posible sería el mejor camino para evitar que las desigualdades sociales fueran reproducidas de forma ampliada en la escuela. No conviene descartar estos argumentos sin prestarles suficiente atención.
¿Es posible encontrar una posición de equilibrio entre la alternativa de la homogeneidad, con sus problemas potenciales de exceso de rigidez, y la alternativa de la autonomía, con sus problemas potenciales de mayor de-
sigualdad?
No resulta sencillo, pero existen dos elementos que pueden ayudar en la consecución de tal equilibrio. Me refiero a la evaluación, por una parte, y, por otra, al seguimiento y compensación de las escuelas con peor rendimiento.»