Juan Freire define el término “pro-común” y describe un panorama en el que, a través principalmente de internet, el concepto adquiere cada vez mayor peso e importancia: La revitalización del pro-común.
«Solo en este escenario reducido puede entenderse el debate maniqueo entre estado y mercado que nos ha llevado hasta la actual crisis y en el que siguen instalados buena parte de los dirigentes políticos y de la academia. Por el contrario, el trabajo de Ostrom ha logrado revitalizar el concepto de pro-común y su relevancia para comprender la gobernanza de muchos sistemas complejos, como los ecológicos, los urbanos o la propia Internet.
Una lectura inteligente de Ostrom nos da numerosas pistas para entender el funcionamiento de Internet y la cultura digital y para diseñar las reglas e instituciones para un gobierno que favorezca la innovación y la creación de riqueza y que se sitúan en buena parte en ese “vasto territorio” entre el mercado y el estado. Si entendemos que nuestros sistemas sociales en gran medida funcionan como un pro-común, el objetivo sería buscar los sistemas de gestión que combinen de modo inteligente sistemas de mercado y comunitarios, y entender el papel que deben jugar las instituciones públicas diseñando las reglas de juego y los sistemas de incentivos adecuados.»