Ramón Lobo señala la necesidad que tiene Croacia de regenerarse políticamente y sobre todo de enfrentarse a su parte de responsabilidad en la guerra de los Balcanas y a sus propios crímenes de guerra. Por una verdadera transición en Croacia.
«En Croacia no es fácil hablar de los crímenes cometidos por sus tropas. Se considera que aquella guerra empezada por el líder serbio Slobodan Milosevic fue defensiva y que todo lo ocurrido después fue por lo tanto en defensa propia. El logro de la independencia es el éxito que impidió enfrentarse a esos crímenes. Pero los hubo también, y multiplicados, en Bosnia-Herzegovina, donde en nombre de la gran Croacia se mató por orden del presidente de entonces, Franjo Tudjman, el padre fundador de Croacia, tan criminal y culpable como Milosevic. Tudjman y su minsitro de Defensa, Gojko Susak, deberieron terminar en La Haya, pero la muerte se adelantó a la justicia en otro tipo de justicia natural.»