La Nouvelle Vague, de críticos a directores, un vistazo de Albert Lladó al movimiento de la cinematografía francesa que reivindicó al autor frente a la industria en los años sesenta.
«Ya no es tan caro hacer cine. Han aparecido las cámaras ligeras de 8mm y 16mm, y la iluminación natural es vista como un recurso extraordinario para explicar historias con un ambiente más realista. Son films llenos de escenas realizadas con la cámara en mano, con collages sorprendentes y con una libertad técnica que consolida al director como el verdadero creador de la obra.
Es un cine entendido, en definitiva, como obra de arte y no como producto simplemente técnico. El propio Truffaut, en un artículo que titula “Una cierta tendencia del cine francés”, critica la tradición y reivindica la figura del director. La mirada del autor es su firma.»