A José A. Pérez Rouco, y los obispos en general, le dan miedo, y le parecen los cuervos de Los pájaros; a mí me parecen más como gorriones: ruidosos, algo molestos, pero espantables. Pájaros del terror.
«Lo desconocido da miedo, sea en forma de pájaros locos, de hombre en la oscuridad o de susurro en la noche. A Rouco le aterran los progres porque, para él, son un fenómeno extraño e incomprensible. Teme que, igual que los pájaros del terror, destrocen el concepto católico de familia, que dejen Europa rota sin remedio y que despueblen el mundo por su malsana afición a los condones y al aborto.
A mí, sin embargo, me da miedo la gente como Rouco. Para mí, el pájaro es él y los suyos, apostados en las cornisas, mirando desde arriba, prestos al ataque.»