Adrián Daine hace una descripción preciosa de las razones últimas por las que ha hecho una foto concreta, una instantánea de su padre intentando recordar lo que pueda de sus viejos tiempos tocando la guitarra. Por qué hice esa foto (I).

«Pese a todo, esta fotografía fue tomada de manera improvisada, porque acababa de revisar y limpiar la cámara y la tenía junto a mí en el momento en que mi padre se sentó con la guitarra. No esperaba que lo hiciera: dejó de practicar con ella hace muchos años, y supongo que ordenando su despacho la encontró y quiso recordar cómo se hacía, pese a que le faltasen dos cuerdas y una de las restantes no estuviese siquiera tensa.

Creo que ese es el detalle que me animó a hacer la foto: mi padre es una persona a la que le gusta tenerlo todo dispuesto a la perfección antes de meterse a ello. Ya sea en el trabajo, con su ordenador, o en la cocina, su mayor y mejor afición, todo debe estar en condiciones óptimas para que pueda sentirse cómodo. Así que ver a mi padre intentar sacarle sonido a un instrumento claramente incapaz de hacerlo, me pareció digno de una foto. Y por una vez, él no se negó (pude hacerle otra más, para asegurar el momento).»