Cada vez son más las voces de alarma ante la pretensión gubernamental y monopolística de controlar la libertad de los ciudadanos. La mayor parte de los casos que se relatan pueden parecer sacados de series apocalípticas tipo Expediente X o, en el mejor de los casos, entran en esa difusa y peoyorativa categoría de las teorías conspiracionistas que nadie se cree. Sin embargo, todo parece indicar que no son alarmistas, sino realistas: “Si Palladium detecta un uso no admitido por el fabricante (te caza usando un programa pirata, copiando CDs, intentando abrir un documento Word o Excel desde un programa que no pertenece a Microsoft o usando Explorer para entrar en una web ofensiva para los miembros del consorcio) símplemente borra el programa, bloquea el ordenador o borra la información.” Palladium de Microsoft: ¿un mundo seguro?, por David de Ugarte.
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Ahora emppiezan a verse los frutos de la publicidad desmedida a cosas como el de las hermanas asesinadas en Inglaterra: inseguridad ciudadana que, unida a la escasa actuación oficial al respecto abren las puertas a cualquier cosa en pos de una seguridad mayor: la coartada de la seguridad lo justificará todo.