El patinazo mediático con el caso de la niña que murió en Tenerife y el joven que fue acusado de su violación y muerte lleva a reflexionar a Rafa Marín sobre los linchamientos públicos que presenciamos un día sí y otro también. Presunto inocente.
«Con colocar el adjetivo “presunto” delante del nombre y el apellido del sospechoso, parece que ya está todo resuelto. Hemos trasladado el cotilleo del mundo del corazón y la vagina (ese que se presenta con tanta pompa y trascendencia cuando, en cualquier caso, tendría que ofrecerse sin estridencias, dejando clara su banalidad, en puro plan de cachondeo), al mundo de la justicia y la armonía social. La neutralidad ha saltado por los aires y lo malo de condenar de antemano, sean inocentes o culpables, es que se acaba por tomar la justicia por la propia mano. Es entonces, ya digo, cuando lo lamentaremos.%raquo;