Miguel Artime narra la leyenda de la toma de Siracusa por parte de los romanos y los imaginativos artilugios defensivos que ideó un anciano. Si quieren descubrir quién era ese anciano, lean no molestes a mis círculos.
«Aún faltaban 211 años para el nacimiento de Cristo. Siracusa, en el este de la isla de Sicilia, era entonces un polis griega que había resistido heroicamente durante dos años al asedio de las tropas romanas. En cualquier otro lugar del mundo, la resistencia de los lugareños habría durado un mes a todo lo sumo, pero en aquella pequeña ciudad vivía el hombre más sabio de su tiempo, y sus invenciones lograron detener el empuje bélico de las galeras de la poderosa República del norte.»