Estupendo repaso a la literatura, el cine y la imaginería de los vampiros a lo largo de la historia, buscando motivos y explicaciones a su auge actual: Nosferatu & Co., de Paz Puente Greene
«Es cierto, y también perturbador. El vampiro ha adquirido un enorme parecido con lo que somos, sin dejar de representar lo que nunca seremos. Es una criatura ambigua, a la que en virtud omnisciente y todopoderosa de la imagen (otorgamos poder a aquello a lo que prestamos atención, por tanto quien la capta domina nuestra voluntad), ahora no sólo encarna e intenta despejar nuestros conflictos morales y emocionales, sino que se viste con nuestra ropa de marca y usa nuestros teléfonos móviles.
Quizás estemos intentando llevar a cabo nuestra propia mutación: ansiamos la belleza eterna, vendemos nuestra alma al diablo y al bisturí del cirujano estético, nos entregamos al colmillo de la sucursal bancaria que nos concede un crédito, cargamos nuestros móviles como si nos fuera la vida en ello, pasamos esa vida puertas adentro, iluminados por la pantalla de nuestro ordenador, entregados al hedonismo, la autoindulgencia, la falta de control, el narcisismo y el deterioro visible de los valores, obsesionados con ser la misma representación de la belleza en un mundo en que ya no la vemos y que por todo lo anterior nos abruma.
Ya no tememos al vampiro. Queremos serlo.»