En los Estados Unidos ya hay quien ha iniciado una campaña para que el divorcio deje de ser legal y Ramón Buenaventura se pregunta, en vista de lo bocazas que está la Iglesia últimamente, cuándo empezará el Vaticano su campaña contra la ruptura del matrimonio como algo legal. Prohibir el divorcio, ya
«¿cuándo tendrá prevista la Madre Iglesia su campaña contra el divorcio? ¿Cuándo invadirán las elásticas calles y plazas de Madrid otros diez o doce millones de beatas personas pidiendo en sus feroces pancartas que Felipe González vuelva con Carmen Romero (y quizá Ana Mato con su ex alcalde; ya veríamos)? ¿No es la santidad del matrimonio uno de los principios irrenunciables que tan machaconamente propugna este Papa bendito? Pues, oiga, todos a desdivorciarse y a volver con la primera señora o el primer señor, únicos sagrados (a no ser que se haya abonado la tarifa correspondiente en el Tribunal de la Rota, como va a hacer nuestra amadísima Infanta) (nunca sé cuál se llama Cristina y cuál Elena, creo que sin hache).»