Murió ayer Jacinto Molina, más conocido como Paul Naschy, actor, director, guionista y productor de cine, uno de los más singulares e irrepetibles del panorama nacional. El País recupera una entrevista inédita con él. Nunca descanso en noches de luna llena.
«P. ¡14 películas de hombre lobo! ¿De dónde nació esa pasión?
R. Recuerdo que lo vi en el cine de pequeño. A Lon Chaney. Y dije: quiero ser eso. El hombre lobo. Dentro de la galería de monstruos clásicos es el que mayor fascinación despierta. Mire la diferencia: si aparece Frankenstein por la calle, lía la de Dios. Igual que la momia. Pero al hombre lobo no lo reconoces. Puede ser cualquiera. Puede tener hijos, y una familia. Y él no quiere ser un monstruo. Es apasionante su doble personalidad. Es como Jekyll y Hyde, pero anterior. Y, además, no es perverso. De pequeño, me impactó esa idea: “Pero si él quiere ser bueno…”, pensaba. “Este pobre hombre, qué culpa tiene”. No sé si conoce la vieja frase: “Hasta un hombre de alma serena puede volverse lobo si el acónito florece y brilla la luna llena”. Una frase ancestral que ya se decía en los viejos tiempos.»