Miguel Santa Olalla explica con mucha claridad el absurdo de la pretensión de extender hasta los 18 años la edad obligatoria de escolarización: los que estudian no necesitan que les obliguen y los que no, no aprenderán más por estar obligados a asistir: ¿Por qué no enseñanza hasta los 16? (pero en serio).
«Junto al grupo de los absentistas, habría que considerar a aquellos que están escolarizados hasta los 16 sin lograr ningún tipo de aprovechamiento. La obligatoriedad de la enseñanza no se puede limitar a un estar apático e indiferente, que a menudo muestra desprecio hacia el profesorado y hacia sus propios compañeros. Se trata de alumnos que por circunstancias sociales, culturales, económicas o psicológicas no pueden seguir el ritmo de los demás. Las medidas de “integración” (palabra que encanta a los responsables educativos) se limitan a darles, en el mejor de los casos, cuatro horas de lengua y otras tantas de matemáticas. Las 22 horas restantes, deambulan por el centro, perdidos y sin comprender por qué les cuentan a ellos las historias que los profesores tratan de transmitir. Las medidas de atención a la diversidad son claramente insuficientes: la administración lo sabe, los profesores lo sabemos y a los responsables de estos alumnos no les preocupa demasiado. La institución educativa genera carne de cañón para el día de mañana. Y muchos miran para otro lado. Proponer la enseñanza hasta los 18 cuando estamos como estamos sólo puede ser comprendido como un gran sarcasmo educativo.»
2009-11-27 00:38
Una posibilidad para que los alumnos de integración no estuvieran dando vueltas por el IES veinte horas a la semana, sería que los profesores se ocuparan de ellos.
Sí, esos profesores que, de su horario teórico de 25 horas semanales fijas en el centro, y a disposición del centro, tienen tareas asignadas en realidad durante las 12 o 13 de clases y tutorías que les tocan, más una o dos guardias.
Les quedan dos horitas diarias para ocuparse de diversificacion, integración, recreos, recibir a las familias… todo eso para lo que ahora no tienen tiempo.
Es una posibilidad que deberían valorar.