Álvaro Pons recupera la reseña crítica que escribió en su día sobre Las serpientes ciegas, cómic escrito por Felipe Hernández Cava y dibujado por Bartolomé Seguí que fue galardonado ayer con el Premio Nacional de Cómic. El cómic como análisis descreído.
«Yo soy de los que piensan que todo aquello que lleve la firma de Felipe Hernández Cava debería ser de compra y lectura obligatoria. Pocos guionistas de este sacrosanto país (y parte del extranjero) tienen la capacidad de Cava de promover la reflexión y el análisis combinando por un lado el género con la contextualización sociocultural. Una endiablada habilidad a la que suele unir un exquisito gusto a la hora de elegir dibujantes para sus proyectos ahí es nada: Federico del Barrio, Auladell, Ricard Castells, Enrique Breccia… por sólo citar algunos, consiguiendo que todas sus obras sean un placer (y un reto) para el lector. Los protagonistas de sus obras siempre han sido personajes que exploraban un concepto tan elusivo como la motivación para seguir adelante en la vida, analizando cómo los ideales e ilusiones se formaban y entrelazaban para componer un discurso vital.»