Carlos Taibo desmitifica la figura de Gorbachov ahora que se cumplen veinte años de la caída del muro de Berlín y que leeremos decenas de apologías desmedidas: Gorvachov, revisitado.
«En el sentido que acabamos de glosar, Gorbachov fue antes un neoburócrata que un revolucionario empeñado en cambiar el mundo. Bien sintomático parece al respecto que en ningún momento de sus años de dirección coquetease con algo que oliese, ni de lejos, a un horizonte autogestionario. La perspectiva de retirar poder a la burocracia en provecho de su entrega a los trabajadores no estaba en el genotipo de un dirigente cuyas apuestas se redujeron a dos: bien la defensa cabal de los privilegios de la burocracia mencionada, bien una aceptación &mdahs;primero soterrada, luego más bien franca— de las miserias del capitalismo occidental. Este último hilo conductor obliga a recordar, en paralelo, que Gorbachov realizó a los EEUU de Reagan claras concesiones sólo tangencialmente justificables por la debilidad que acosaba al país que encabezaba.»