Umberto Eco, sobre el tradicional desprecio de los políticos a los intelectuales y la asociación absurda que se hace entre intelectual e izquierda: Cabezas de huevo.
«En suma, si se quieren encontrar grandes escritores que eran o son de derechas, conservadores o reaccionarios que fueran o hayan sido, basta con mirar alrededor, y queriendo se pueden encontrar hasta grandes escritores fascistas o antisemitas como Céline o Pound, o los clásicos enemigos de la modernidad como Sedlmayr [6], por no hablar de Heidegger, o de los adeptos de sabidurías primordiales como Guénon. En suma, basta hojear los catálogos de los editores “democráticos” sin tener que ir a recuperar los años de La voce della fogna [7] y asistir incluso a las tentativas de recuperación de autores de derecha por parte de la izquierda, como ha sucedido hasta ahora con Junger o Spengler. ¿Entonces? ¿Los autores de derecha que he nombrado no son cultureta?
La verdad es que pensamos que la ‘derecha’ es una entidad homogénea, mientras que también en ella hay intelectuales, que reconocen a los ‘suyos’ pero, precisamente porque son intelectuales, no caen fácilmente en el uso del clisé como cultureta o snobs afeminados para descalificar a los adversarios.»