Un exhaustivo repaso a los muchos intentos de teorizar o construir una máquina de movimiento continuo, un imposible físico que, como otras muchas quimeras científicas, han perseguido y persiguen no pocos hombres de ciencia: El movimiento continuo, una alternativa a la piedra filosofal, por Claudio H. Sánchez.
«Otro tipo de móvil perpetuo muy común consiste en una rueda hidráulica impulsada por una caída de agua. Parte de la energía generada por la rueda es usada para volver a elevar el agua y mantenerla en movimiento. En esta descripción está revelada la falacia: para volver a elevar toda el agua es necesario usar toda la energía desarrollada al caer. No solamente no quedaría nada para aprovechar, sino que tampoco alcanzaría para compensar las pérdidas por rozamiento. Alguien podría objetar que esta explicación se basa en el principio de conservación de la energía, principio que los inventores de móviles perpetuos niegan. En ese caso se invita al inventor a fabricar la máquina y demostrar que el principio no vale.»