El tráfico de medicamentos falsificados mueve millones de dólares y causa miles de muertos. Sin embargo, se persigue la piratería de Cds y de ropa. Y es que las víctimas están en el Tercer Mundo: El crimen farmacéutico, de Vicente Romero.
«Nadie podría discutir la necesidad de luchar contra esa forma piratería con mayores medios que los empleados en combatir mundialmente al comercio fraudulento de películas en DVD, CD de música y programas informáticos o imitaciones de ropa de marca. Sin embargo, no se le presta la atención debida, ni las grandes corporaciones farmacéuticas aportan unos recursos semejantes a los que invierten contra la piratería las grandes compañías textiles, las empresas discográficas o los estudios de Hollywood. Razón: ese mortífero negocio se centra en naciones que carecen de los recursos mínimos para ser consideradas como clientes potenciales de productos farmacéuticos legales.»