Michael Clemens y David McKenzie aportan el contrapunto a la visión negativa de la llamada ‘fuga de cerebros’ de un país y tratan de mostrar lo positivo que puede resultar para dicho país esta práctica. Depende: Fuga de cerebros.
«Esta extendida idea de que la emigración cualificada equivale a robar conlleva un estrafalario conjunto de supuestos sobre los países en desarrollo. En primer lugar, exige asumir que este tipo de países poseen un stock finito de trabajadores cualificados, que se ve mermado con cada persona que se marcha. En realidad la gente responde a los incentivos creados por la emigración: enormes cantidades de trabajadores cualificados de países en desarrollo han sido inducidos a adquirir esa formación por la oportunidad de conseguir grandes ingresos en el extranjero. Ésa es la razón de que Filipinas, que envía al extranjero más enfermeras que ningún otro país en desarrollo, todavía cuente con más enfermeras per capita en el propio país de las que tiene Gran Bretaña. Recientes investigaciones muestran también que un gran aumento repentino de la emigración cualificada desde un país en desarrollo a un destino que favorezca unas habilidades determinadas puede provocar el correspondiente aumento repentino en la adquisición de esa formación en la nación de origen.»
2009-10-29 11:53
Es evidente que la emigración cualificada puede ser positiva para un país. La cuestión es si en algunos casos resulta fatal.