Luis Alemany da un lugar donde contar su historia al escritor Hernán Migoya, que ha estrenado esta semana su primera película, Soy un pelele y que cuenta —básicamente— como su productora se ha dedicado a estafar a Gobierno y Generalitat para subvencionarla. Un fraude de película
«“Pere Domènech, mi productor, se jactaba de que sus películas constaban como rodadas en catalán, aunque estuvieran hechas en castellano, para cobrar de la Generalitat”. Hasta 200.000 euros puede recibir un filme del Institut Català de les Indústries Culturals por ser catalán puro (además del idioma, se valora el origen del capital y del equipo). “Los productores hablaban de los 150.000 euros que esperaban sacar”. Lo cuenta el propio Hernán Migoya.
El pasado jueves, ‘Soy un pelele’ se presentó de manera más bien fantasma: al pase acudieron Migoya, el actor Jordi Ordóñez, un crítico de un periódico nacional (“yo mismo le llamé, es amigo de siempre”, explica Migoya) y EL MUNDO. “Los productores no han convocado a nadie porque les da igual si se ve la película o no”, lamenta Migoya.»