Todos llevamos un corrupto dentro, y parece que en los últimos tiempos les ha aflorado a demasiados. Margarita Riviere ve la Corrupción como plaga cultural, un peligroso estado de normalidad y comprensión instaurado entre nosotros.
«Ciertamente, la corrupción no es novedad en sí misma. Hay quien asegura que, como la violencia, es una tendencia innata del ser humano. No estoy de acuerdo: el mismo argumento vale para señalar que el individuo, por el contrario, no desea conflictos con sus semejantes y disfruta compartiendo honestamente su vida con los demás. El problema, probablemente, está en que las minorías corruptas abusan, precisamente, de esta tendencia natural a la limpia convivencia.»
2009-10-27 22:51
No es nuevo el tema de la corrupción política, pero no por ello menos preocupante. Me pregunto cuántas toneladas de cemento, cuántos bosques y paisajes perdidos han costeado el lujo y el desenfreno de nuestros malhadados gestores políticos. Con suerte y empeño de la Justicia algunos de ellos pagarán sus excesos, pero el coste en el paisaje, el daño a la vida, al patrimonio de todas las generaciones pasadas y futuras, ya está hecho. La cárcel no me parece suficiente para estos delitos contra la vida.