Felix Soria nos cuenta una historia más de cómo Occidente utiliza al Tercer Mundo como basurero, y queda impune, con la connivencia de casi todos: Trafigura: el Primer Mundo envenena a África e intenta ocultarlo.
«Estos días en Gran Bretaña ha regresado a las primeras planas el caso de la sociedad suiza Trafigura, que en el 2006 pagó a una empresa de Costa de Marfil para deshacerse de 400 toneladas de carburante procedente del Reino Unido que era altamente tóxico. La subcontratada, que probablemente ignoraba la peligrosidad del producto, optó por verterlo en las cercanías de la capital marfileña, Abidjan, lo que causó lesiones a unas 85.000 personas, de las que ocho fallecieron.
En el 2007, debido al escándalo y a las demandas del Estado africano, Trafigura abonó 225 millones de dólares para compensar los perjuicios, lo que permitió entregar 1.500 dólares de indemnización por persona a unos 30.000 afectados. Pero la compañía, que había sido denunciada en Gran Bretaña (lugar de procedencia del tóxico), fue exonerada de culpa porque alegó desconocer la toxicidad del combustible y la responsabilidad, si la hubiere a criterio de la Justicia marfileña, sería de la subcontrata africana. »