Está el ya viejo debate de si la televisión es culpable o no de propagar la violencia. Pero la TV es un instrumento, se puede usar para aprender o para hacer el tonto. Supongo que también se puede llegar a incitar a la violencia a través de imágenes idílicas, pacíficas, los teletubbies, por ejemplo, si se las manipula de manera efectiva.
M. Wieviorka propone que siempre se contextualice lo que se está viendo. Propone, pues, una vida en comunidad.
La violencia de las imágenes.