Pere Vilanova se hace eco de la muerte de uno de los últimos héroes del siglo XX, con una vida tan apasionante como poco conocida: El incordiante Marek Edelman.
«Cuando del gueto ya no quedaba piedra sobre piedra, la última mañana, en una de las calles de la parte exterior del gueto, se levantó una tapa de alcantarilla y por ella emergieron como fantasmas un puñado (literalmente, menos de una docena) de demacrados jóvenes conducidos por Edelman. Los únicos que escaparon.»