El artículo contra los cómics de Vicente Molina Foix trajo una gran cantidad de respuestas sin pensar que dejaban mucho que desear. Siempre es mejor sentarse a meditar qué es lo que quiere decir uno, como ha hecho Antonio Altarriba. A Boris Vian le gustaban los dibujos animados.
«Pero, si extraña su desconocimiento del medio que pretende denostar, aún sorprende más su ignorancia del que pretende defender. Sepa usted que Boris Vian, admirador de la por entonces emergente cultura americana, no sólo interpretaba jazz (“música para negros” la llamaban utilizando argumentos similares a los que usted utiliza ahora) sino que apreciaba enormemente los dibujos animados. Es más, tanto la fantasiosa e inestable ambientación de sus novelas como la construcción de sus personajes pueden explicarse por esta influencia. Lea al respecto la tesis doctoral de Adela Cortijo El sistema de personajes en la obra narrativa de Boris Vian (Valencia 2002). Allí verá que los personajes híbridos, los que se desdoblan, los que lucen un nenúfar en el pulmón o los que ven cómo les crece la barba desaforadamente guardan gran similitud con historias de Disney, la Warner o Tex Avery.»