Un repaso ligero a los primeros años de exploraciones y aventuras en el ártico a cargo de Miguel Esquirol, Exploraciones árticas y el paso del noroeste
«Entre las historias más interesantes está la búsqueda del Paso Noroeste en la que un gran número de expediciones intentaban descubrir un paso que conectara el Océano Pacífico y el Atlántico por el norte del continente americano. Este afamado paso fue en muchas ocasiones sólo un mito que alimentaban los espíritus aventureros de toda una generación. Este paso significaba que el continente americano estaba separado, al menos en una época cada año, de la masa helada del Ártico y que existía otro paso posible para dar la vuelta al mundo sin tener que realizar el temido paso por el Cabo de Hornos ahorrando un tiempo valioso.
Pero fueron muchas expediciones las que intentaron encontrar este paso, ya sea por mar a bordo de barcos preparados a propósito para el duro clima y los largos inviernos, o por tierra con trineos tirados por perros y siguiendo las rutas de los indígenas del norte del continente.
Primeros intentos
Muchos intentaron descubrir este paso, desde el español Francisco de Ulloa (en 1539) que sólo llegó hasta California creyéndola una isla, hasta el mismo capitán Cook que intentó realizar el viaje desde el oeste, comenzando en el estrecho de Bering. Con cada nueva expedición una porción más del mapa era dibujada y se descubría un nuevo misterio, se separaban islas de continentes, ríos de estrechos, lagos de afluentes; pero no fue hasta principios del siglo XX que el misterio fue finalmente resuelto.»