Algo se mueve en los Medios de Comunicación. Primero van uno tras otro evaporado la gratuidad de sus contenidos y ahora parece que la prensa se asocia para evitar ser citados, enlazados o resumidos: “Dicho de otro modo, las empresas editoras dicen haber detectado un cambio en las preferencias de los lectores. Estos preferirían comprar resúmenes de prensa o visitar webs que seleccionan y enlazan titulares y opinión, antes que comprar un único periódico en el kiosko o varios para seleccionar por si mismos después.” Si esto es así, el
Libro de notas va por buen camino ¿y la prensa?.
La prensa no va a la cita, por
David de Ugarte.
more->
Esta nueva moda de evitar ser enlazado (recuerden que también prohibe los enlaces a zonas de su web que no sean la página principal el Centro Virtual Cervantes) carece de sentido. Al menos yo no se lo encuentro: cuando envío a los lectores del Libro de notas a un artículo de El País o de El Mundo, ¿no les estoy haciendo publicidad? ¿No estoy ensalzando la calidad de sus articulistas? ¿no estoy generando tráfico hacia su web?
Da la impresión que la Prensa se encuentra perdida. Todo evoluciona demasiado rápido para sus Medios mastodónticos y ya se sabe que un elefante en estampida sólo destroza. No saben bien cuál es el modelo adecuado y, en el mejor de los casos, hacen pruebas (varios Medios ingleses probaron el cobro por contenidos y dieron marcha atrás); en el peor, huyen hacia el primer recodo que encuentran, como, creo, es el caso que nos ocupa.
A esto hay que unir el cobro por contenidos: primera el ABC, ahora El Mundo y en breve —eso anuncia— El País.
El Libro de notas pretendió desde un principio ofrecer un abanico de opiniones con el único requisito de la calidad; pero parece que poco a poco se ve obligado a dirigir sus miras hacia la información alternativa porque los grandes Medios van cerrando con llave sus entradas y evitan así que mostremos los tesoros, que los hay, que lucen a golpe de talonario. No creo que los Medios españoles hayan empezado a cobrar por sus contenidos en el orden que lo han hecho por casualidad.
De todos modos, estos cambios sí nos afectan directamente: hoy por hoy los periódicos se diferencian unos de otros por sus articulistas, que aún gozan de cierta libertad: había alguno interesante en el ABC, algunos en El Mundo y varios en El País.
No queda otra que seguir buscando.