Agustín Ijalba aborda la ya clásica confrontación entre campo y ciudad en una nueva, matizada y razonada alabanza de corte y menosprecio de aldea:
Sobre ciudades psicóticas y campos depresivos. La verdad, a mí las ciudades siempre me han parecido una especie de costra purulenta de la tierra, pero es que los que me conocen ya saben que soy un poco pedestre.