Roger Colom destaca y glosa una serie de artículos que el NYT está dedicando a la situación de las mujeres en los países en vías de desarrollo, reportaje inusual porque ofrece soluciones e ideas que pueden ser útiles de verdad: ¡Hay que ayudar a las mujeres!.
«Kristof y WuDunn comienzan su artículo introductorio del número especial de la revista de domingo del NYTimes dedicado a las mujeres del tercer mundo comentando que la mejora de su situación no es sólo un grave problema humanitario, cuestión de derechos humanos y civiles, sino un paso crucial hacia la erradicación de la pobreza y la solución de muchos problemas geopolíticos. En otras palabras, si sólo hablar de mujeres en situaciones terribles no es suficiente, hablemos de economía y de lo que en Estados Unidos se entiende por seguridad nacional.
El artículo empieza con la historia de Saima, una mujer pakistaní cuyo marido la golpeaba a menudo, gastándose, de paso, los escasos recursos familiares en alcohol. Para colmo, tenían dos hijas, consideradas nada más que una carga por la sociedad tradicional en la que viven. Hasta la suegra de Saima le había propuesto a su hijo volverse a casar, a ver si otra mujer le daba el hijo varón que tanto ansiaba. Desesperada, Saima recurrió a una ONG que ofrece formación y microcréditos a mujeres. Lo hace en grupos de 25, de manera que las mujeres que lo componen sirvan no sólo como grupo de apoyo, unas para otras, sino también como garantes de los préstamos. Las mujeres también se reúnen cada 15 días para discutir un tema, con lo que también hay cierta formación intelectual de por medio.
Saima tomó su prestamo de 65 dólares, compró tela y otros materiales, y se dedicó a bordar. No sólo devolvió el dinero, sino que invirtió las ganancias en más material para seguir trabajando, da empleo a muchas mujeres de su barrio, tuvo otra hija y ahora tiene un marido complaciente, temeroso él de quedarse en la calle. Hasta los problemas con la suegra ha remitido.»