Gente que camina en mi mente es un adelante del próximo libro de Francisco Javier Irazoki, dos texto (aunque no lo marque gráficamente la maquetación) la descripción del pequeño universo que se pierde (o se recupera) cuando muere alguien querido y el recuerdo de dos noches en Madrid cuando era un chico.
«Cuando cumplí veinte años, la placidez enterraba el aire que yo quería respirar. Puse en mi maleta un cuaderno de apuntes musicales, algunos libros, un traje y dos mudas, y subí al tren nocturno con destino a la capital.
Parábamos en estaciones de luces tan débiles como las del régimen político que moría en el país, y a ellas se opusieron las chispas de los mecheros de tres jóvenes sentados frente a mí. Cerrada la puerta del compartimento, liaron cigarrillos después de ablandar unas bolas aromáticas que mezclaban con hebras de tabaco. Vi las sustancias en sus manos abiertas: el mismo gesto de los labradores para confirmar la caída de la lluvia.»
2009-09-05 14:59
El fragmento es impresionante, con la delicadeza con la que siempre escribe. Y el título del artículo muy acertado.